En una investigación que abre una nueva vía para tratar la infertilidad masculina, científicos chinos lograron crear por primera vez célu...
En una investigación que abre una nueva vía para tratar la infertilidad masculina, científicos chinos lograron crear por primera vez células espermáticas en laboratorio.
Trabajando con células de ratón, los investigadores demostraron que el esperma creado in vitro es funcional. Fertilizaron óvulos con él y, tras implantar los embriones resultantes en hembras, nacieron ratones sanos y fértiles.
“Estos hallazgos proporcionan una plataforma para investigar la generación de espermátidas humanas in vitro”, concluyen los autores en la revista Cell Stem Cell, donde fueron presentados sus resultados.
En la Argentina, el doctor Sergio Pasqualini, Director Científico de Halitus Instituto Médico dijo que "este trabajo logró lo que en teoría se sabía, y que era muy difícil de hacer. Si el resultado se repite luego en otros estudios seria una paso importantisimo para poder generar espermatozoides en el laboratorio".
La dificultad reside en que los espermatozoides y los óvulos humanos sólo tienen 23 cromosomas, mientras que las células a partir de los que se obtienen tienen 46. Así, cuando un espermatozoide se une a un óvulo, se obtiene un embrión que tiene, de nuevo, 46 cromosomas en sus células. En el caso de los ratones que se emplearon, el proceso es el mismo, aunque sus óvulos y espermatozoides tienen 20 cromosomas y el resto de sus células, 40.
El cuerpo humano –y el de los ratones- reduce los cromosomas a la mitad por medio de un proceso llamado meiosis. Lo que consiguió el equipo liderado por Qi Zhou y Jiahao Sha es replicar todas las etapas de la meiosis in vitro.
En este caso, los experimentos se realizaron a partir de células madre embrionarias de ratón. Los investigadores las situaron en un medio de cultivo adecuado para convertirlas en células germinales primordiales (las células germinales son aquellas que dan lugar a óvulos y espermatozoides).
Luego colocaron esas células primordiales en contacto con células testiculares y las expuesieron a hormonas sexuales como la testosterona para simular el entorno natural en que se forman los espermatozoides. Según los resultados presentados consiguieron inducir el proceso completo de meiosis y obtener células espermáticas funcionales.
Las células obtenidas no son espermatozoides en el estado final de su desarrollo, cuando ya han adquirido la cola (o flagelo) que les permite desplazarse por sí mismos, sino espermátidas, que son el estado inmediatamente anterior de desarrollo.
De cara a obtener una fertilización in vitro, sin embargo, son equivalentes. Las espermátidas han completado ya el proceso de meiosis, tienen la mitad de cromosomas que otras células del organismo y son suficientes para fecundar un óvulo y originar un embrión.
Los autores inyectaron espermátidas en el interior de óvulos con la técnica ICSI y obtuvieron embriones viables. Estos embriones, una vez implantados en el útero de hembras fértiles, dieron lugar al nacimiento de ratones sanos.
La técnica, a priori, permite crear células espermáticas a partir de células femeninas. Para ello, habría que obtener una célula de una donante, hacerla volver a un estado embrionario (es decir, convertirla en una célula llamada iPS, algo que ya se hace y guiar su desarrollo hasta convertirla en célula de esperma. La técnica podría abrir la vía a que parejas lesbianas tuvieran hijos con herencia genética de ambas mujeres.
Un antecedente cercano es de 2014, cuando Investigadores franceses afirmaron haber creado espermatozoides humanos in vitro a partir de células testiculares "inmaduras". Un anuncio que, sin embargo, no fue en ninguna revista científica.
Fuente: http://www.clarin.com
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